5 de mayo de 2011

Ojos manuscritos

Si existieran las estrellas…

Temeroso, el plebeyo azotaba los vientos con la majestuosidad del león creyendo en que si movía esa piedra podría liberarse de si mismo… A veces se preguntaba ¿Qué seria de mi si mi orgulloso corazón viera una estrella?...
Un día, tras la nefasta oscuridad de la cueva, sintió que algo lo aclamaba, su hierro trigueño se volvía incandescente, su sangre se fundía con el viento de la cueva. Ya no estaba solo. Ya no era cueva, ya no era sangre. Sintió los colores que la niña extraña de las rosas le mostraba y se sumergió en la duda gris, sin importarle ya, ni el viento, ni el león, ni la cueva, ni la niña, ni la duda… Fue ahí cuando se ahogo el muy idiota…
Al caer la ultima hoja, desperté. Y ella me decía: “Una sequía se aproxima, me lo dijo la brisa. Nada va a florecer.”…
            Pero no te creas, cariño, no todo lo que nace tiene tu vida, yo abrí mis ojos en otoño, y en otoño te lo diré… Si existieran las estrellas…

                                                                                                             Facundo Mazzeo